martes, 9 de agosto de 2011

Capítulo 1.


Era una mañana fría y gris de un sábado del mes de Marzo, temprano, me acababa de levantar. David había salido ya de casa, como de costumbre había ido a trabajar, mi hermano era una persona bastante ocupada, vivía por y para su trabajo, solo estaba en casa a la hora de almorzar y de cenar. Me dirige hasta la cocina aún en pijama.
-Buenos días Lourdes, ¿Qué hay hoy para desayunar?-. Dije  mientras apartaba la silla de la mesa y me sentaba en ella.
-He hecho un bizcocho de almendras… ¿Le apetece un trozo señorita?-. Lourdes sacó un enorme bizcocho de almendras para enseñármelo, hice un gesto con la cara para expresar que no me apetecía. -¿Le apetece mejor unas tostadas?
-Sí  mejor, con mantequilla por favor… -
Lourdes era la asistenta de la casa, llevaba trabajando con nosotros desde hace cinco años. De raza cubana, piel morena y pelo oscuro, de unos 40 años, de complexión regordeta, labios gruesos, nariz regordeta y chata, ojos marrones,  de estatura no muy alta. Siempre eficiente en su trabajo, dispuesta a hacer siempre lo que sus jefes le pedían sin ninguna pega. Simpática y educada, jamás habíamos tenido algún problema con ella. Famosa por sus comidas, jamás había probado alguna comida que estuviera más deliciosa que la de ella, sin duda era una asistenta ejemplar. Lourdes puso un par de tostadas en la tostadora, me puso a preparar un café y unos minutos después me sirvió el café junto con las tostadas.
-Aquí tiene, como a usted le gusta un café suave y templado…- Dijo con una sonrisa y se marchó a terminar de fregar unos platos que habían en el fregadero, cinco años dan para mucho y sabía ya perfectamente mis gustos y los de mi hermano. Lourdes llegaba sobre las 8:00 de la mañana y se retiraba a la 00:00, una jornada dura y larga pero que mi hermano le pagaba bastante bien.
Me terminé el desayuno y se lo deje a Lourdes en el fregadero junto con los otros platos.
-Lourdes, ¿te ha dejado mi hermano algún recado para mí antes de irse?..-
-¡Ah sí, se me olvidaba! En el mueble del salón te ha dejado dinero para que vayas de compras, pero también que le hagas el favor de acercarte a una tienda en la que llevó a arreglar su mini cadena de música, que la recojas y pagues 40€  con el dinero que te ha dejado, lo demás lo puedes gastar en lo que quieras. La dirección de la tienda de reparaciones está en un papel junto al dinero.
-Gracias Lourdes...-  A paso ligero me dirigí hasta mi habitación, me acosté en la cama bocarriba y alargué mi mano hasta la mesita de noche donde se encontraba el teléfono inalámbrico. Tras marcar el número y esperar unos largos segundos contestó al teléfono Vero.

-Vero  al aparato ¿Dígame?
-¿Se puede saber porque la señorita Verónica ha tardado tantísimo en contestar al teléfono y tener a su mejor amiga desquiciada con el teléfono pegado a la oreja?
-¡Por dios que exagerada eres Julia! Estaba en el baño, además no sé porqué te doy explicaciones, si tú tardas igual o peor que yo en contestar al teléfono…
-¿Pero serás mentirosa? Bah, da igual, a lo que iba…
-Eso eso, que te lías a hablar y no vas al grano…
-VERONICA..-Dije con un tono impactante para que se callase.- Mi hermano me ha dejado dinero para que me compre lo que quiera… ¿Me acompañas y de camino te invito a un batido de Gloria’s place como a ti te gustan?
-Sabes cómo tratarme..- La risa de Vero, escandalosa como ella misma se escuchó a través del teléfono.
-Pero para ello tengo que hacerle un favor a mi hermano, tengo que recoger la mini cadena que se le estropeó la semana pasada y pagarle 40€ al tío, pero eso después del centro comercial.
-Vale, por mí bien.. Nos vemos dentro de una hora en mi casa. ¿Algo más desea la señorita?
-Dentro de media hora y en mi casa, iremos en vespa… Y NO TE RETRASES.- Estas últimas palabras las resalté, ya que Verónica era una chica super impuntual.
-Por fin te decides por sacar tu vespa.. y no, tranquila no me retrasaré.- Llevaba meses sin coger la vespa.. ¿Motivos? Exactamente no tengo ninguno,  sólo sé que después de varios meses me decidí por cogerla.
-Sí  bueno…  ahora nos vemos..- Colgué el teléfono y me vestí con unos pitillos y una camiseta de flores azules y verdes, acompañada de un pañuelo del mismo azul que las flores puesto en el cuello.
Cogí el dinero y la dirección y lo metí en un monedero que tenía en un bolso.  Me despedí de Lourdes con un simple: <<Adiós, estaré aquí para comer>>.  Allí en el garaje de mi casa se encontraba mi vespa de color rosa chicle, nueva, como mucho la habré cogido unas 5 veces. Fue un regalo de reyes que me hizo mi hermano, bien merecido por mis excelentes notas llenas de sobresalientes y notables, recuerdo la felicidad que me entró al verla ahí, en el mismo sitio donde se encontraba ahora y parece mentira lo poco que la había usado. Montándome en ella y tras un impulso conseguí quitarle las patacabras, la saqué del garaje y la arranqué, me dirigí hasta la puerta.
Como era de costumbre, Vero aun no había llegado, maldita verónica.. la próxima vez le diré media hora antes, así seguro que estará a tiempo. Verónica era mi mejor amiga desde que entré en el colegio, siempre estábamos juntas la una en la casa de la otra o saliendo por ahí. Eramos inseparables, compañeras de risas y lágrimas, de diversiones y aburrimientos si la pudiera definir con tan solo una palabra diría que es única. Miré el reloj, habían pasado veinte minutos, no podía esperar más, si algo odiaba era la impuntualidad y hoy Verónica se había pasado más que ningún otro día. Cuando me disponía a arrancar la moto e irme sola un silbido a unos metros tras de mí se escuchó, volví la cara  ahí estaba Verónica corriendo hacia la moto.
-¿No te pesarías ir sin mí no?..- Dijo mientras se montaba detrás en la moto.
-Hombre.. Contando con que habíamos quedado hace media hora, pues sí me iba a ir..
-¡Venga ya! No te enfades, en el fondo te vas a alegrar de el porqué de mi tardanza..
-Pues ya puedes estar contando Veronica..
-Shh, calla Julieta, cuando lleguemos te cuento que entre que la conversación es interesante y que hace tiempo que no coges la moto.. puede que nos matemos…
-Te he dicho mil veces que no me llames así, sabes que lo odio..- Dije arrancando la moto y dirigiéndonos al gran centro comercial.


Entre la multitud, nos encontrabamos un par de jovencitas de tan solo 18 años que caminaban hasta el Gloria’s place cargadas de bolsas de ropa de distintas marcas conocidas, una más que otra. En la barra había un chico rubio de ojos azules atendiendo a todos los clientes, nos acercamos al mostrador.
-Dos batidos de fresa con sirope y nata montada, por favor.
-Sí claro.. ¿En que mesa estaréis?
-En la 15, en la terraza…- El chico lo apunta .
Verónica y yo nos dirigimos hacia la terraza y nos sentamos en la mesa donde siempre que íbamos allí nos situábamos.
-Bueno, ¿Cuál es el motivo por el que la señorita ha hecho esperar a su amiga cerca de media hora? Más te vale que sea bueno..
-A ver…- Verónica cogió su bolso y tras buscar en el sacó dos papeles rectangulares de color negro en los que ponía <<BIG PARTY>> y lo demás en letra tan pequeña que no se podía leer desde donde me encontraba. –Esto es el motivo, resulta que Hugo Dominguez, el de clase, va a hacer una fiesta en su casa aprovechando que sus padres se han ido de viaje de negocios y.. ¡¡Nos ha invitado!!
-¿No me digas?.- Le quité rápidamente la entrada y la leí por completo. – Así que es el Jueves de la semana que viene, dentro de tan solo unos cinco días ¿eh? ¡No podemos faltar Vero!
-¿Acaso lo dudabas?  Va a ir muchísima gente, amigos, algún que otro familiar.. va a haber muy buen ambiente.. Por eso he llegado tarde, Hugo vino a mi casa a traérmelas esta misma mañana.. ¿Entonces.. estoy perdonada por el retraso?
-Bueno, más o menos…- Las dos comenzamos a reir, Verónica sabe perfectamente que sí, que se me había pasado, no podía estar mucho tiempo enfadada con ella.
El chico rubio de ojos azules  llegó con los batidos,, los dejó en la mesa y nos dedicó una bonita sonrisa al retirarse. Verónica y yo seguimos en el Gloria’s place  durante un rato más, bebiéndonos el batido, hablando de lo que nos pondríamos para la fiesta y alguna otra cosa más.

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